La Madre federal de las Comendadoras dirige el siguiente mensaje con motivo de la conmemoración de Santa Ubaldesca:
Las Comendadoras de San Juan de Acre en España recordamos la memoria litúrgica de Santa Ubaldesca, que realizó los designios de Dios, ayudando en el Hospital de la Orden de Pisa.
Desde aquí queremos dar las gracias a la delegación de Pisa por seguir recordando a nuestra hermana, y seguir ejerciendo el Obsequium Pauperum como ella realizó: con entrega, amor y ternura.
Santa Ubaldesca, como saben, nació en Calcinaia, cerca de Pisa, y toda su vida estuvo dedicada a los enfermos en el hospital, y en esta época de pandemia queremos recordar a todos aquellos que han sufrido y sufren por la pandemia, y rezamos para que todos los miembros, voluntarios y personal de la Orden se encuentren bien.
Nosotras, siguiendo el ejemplo de Santa Ubaldesca, seguimos confiando en Dios, elevamos nuestra plegaria en este día, para que proteja a la rama contemplativa y a la rama activa de la Orden de Malta, y guíe a la Orden en su día a día.
Nosotras seguimos su ejemplo de fe y de confianza, y rogamos para que la Orden siga fiel a su compromiso: testimonio y defensa de la fe (Tuitio Fidei) y asistencia a los enfermos y los necesitados (Obsequium Pauperum)
Para cualquier petición de oración nos pueden escribir.Un cordial saludo desde Salinas de Añana, España.
Santa Ubaldesca Taccini (Calcinaia, 1136 – Pisa, 28 de mayo de 1205) virgen y monja de nuestra Orden, fue diligente en la práctica de la oración acompañada de ayunos, y se distinguió sobre todo por la caridad ejercida hacia los pobres.
Llamada por el Señor para ingresar en la Orden de San Juan de Jerusalén, a la edad de 15 años salió de Calcinaia hacia la ciudad de Pisa, parando en la Iglesia del Santo Sepulcro.
Durante los 55 años de vida religiosa, Ubaldesca practicó la humildad y la caridad en el monasterio y en el hospital de la ciudad, mortificando continuamente su cuerpo con intensos y prolongados ayunos.
La santa pisana obró milagros ya en su vida y, tras su muerte el 28 de mayo de 1206, fiesta de la Santísima Trinidad, se multiplicaron las extraordinarias curaciones ligadas a su nombre.
Giacomo Bosio recuerda, en particular, un momento en que mientras estaba sacando agua de un pozo unas mujeres se acercaron a ella y le pidieron de beber: después de que Ubaldesca, respondiendo al insistente pedido de estas, hubiera bendecido el agua, este se convirtió en vino, para sorpresa de todos.
Por esta razón, a menudo se representa a Santa Ubaldesca sosteniendo un cubo.
Sus reliquias se conservan en Calcinaia, en el monsaterio de Sigena en España y en la Iglesia de Santa Ubaldesca en Malta.