Un convento para las monjas de nuestra Orden fue establecido en Vittoriosa (Birgu) por el Gran Maestre Verdala en 1582 y luego trasladado a La Valeta en 1595.
Las monjas nunca abandonan el convento y el santuario adjunto, excepto por razones de salud. Viven exclusivamente de las donaciones que reciben del mundo exterior y gracias a la comida que les traen a diario los malteses.
Las monjas no tienen nada propio y llevan una vida sencilla y humilde. Cada uno de ellos tiene su propia celda donde pasan la mayor parte de su tiempo en contemplación.
Dedican muchas horas al día a la oración. Cada monja transmite un fuerte sentido de espiritualidad, que subraya un viaje interior personal lleno de dedicación y serenidad.
La fotógrafa maltesa de renombre internacional Anja Goder obtuvo el permiso de la priora del convento, la hermana Agnes, para pasar un día junto a las monjas y tomó algunas fotografías maravillosas.